Basílica de Santa Maria del Mar
La Basílica de Santa Maria del Mar de Barcelona, conocida como la "catedral de la Ribera", es uno de los ejemplos más perfectos de la arquitectura de estilo gótico, por armonía en sus proporciones y la serenidad que ofrece el conjunto.
En la Edad Media, los largos periodos de construcción de una iglesia, (frecuentemente más de un siglo), solían implicar cambios de estilo arquitectónico. Santa Maria del Mar de Barcelona es una excepción: construida en sólo 55 años, de 1329 a 1384, es la única iglesia de estilo gótico catalán puro. Su estructura es de tres naves casi de la misma altura, con sobrias y altísimas columnas cada 13 metros de distancia, un espacio no superado por ninguna construcción medieval en todo el mundo. La impresión resultante es de una amplitud, elevación y ligereza sublimes, como si la gravedad se hubiera dado la vuelta y atrajera las piedras hacia arriba. Las numerosas ventanas con vidrieras de la iglesia de Santa Maria del Mar juegan un papel importante en este sentido.
De la iglesia cabe destacar la vidriera de la Ascensión, en la Capilla de Santa María, y la del Lavatorio en la de San Rafael, así como el gran rosetón. Éste fue destruido durante el terremoto que hizo temblar Barcelona en 1428, y reconstruido a mitad del siglo XV. Si nos fijamos en el suelo, encontraremos sepulcros particulares y también sepulcros de cofradías y gremios de la Edad Media en Barcelona. Y es que esta Basílica de Santa Maria del Mar, obra dirigida por Berenguer de Montagut, fue el templo de los armadores y mercaderes de la Barcelona gótica.
Desde las azoteas de la Basílica se puede disfrutar de Barcelona desde una perspectiva privilegiada que ayuda a entender el entramado urbano medieval y la estructura del centro de la ciudad. Una visión de 360º que no te dejará indiferente.